Con
un par de semanas de antelación a lo que nos tenían acostumbrados en las tres
últimas ediciones, el festival gallego de Viveiro, Resurrection Fest (o
“Resu”), celebraba de los días 15 al 18 de julio de 2015 su décima edición.
Desde estos últimos años la expectación en torno al evento ha ido en aumento
más y más y este año no sería la excepción. Con un cartel realmente
espectacular que contaba con Korn, Motörhead, Refused, Black Label Society, In
Flames… y con un tiempo meteorológico genial y sin lluvias, ¿Estábamos ante el
mejor “Resu” de la historia?
MIÉRCOLES 15 DE JULIO
La
organización del festival quería ir a por todas en su décimo aniversario y los
seguidores del evento pudieron disfrutar de una jornada más de conciertos desde
las 18:30 horas hasta el cierre de madrugada a las 2 totalmente gratuita. Mutant Squad eran los encargados del
difícil, pero privilegiado, papel de abrir en el Resurrection Fest 2015. A continuación actuaron bandas como Killus, Bastards On Parade o The
Decline. Para terminar este primer contacto con el festival, nos volaron la
cabeza dos pedazo de bandas, desde Nueva York, Pro-Pain y Biohazard,
simplemente la liaron bien parda, geniales.
JUEVES 16 DE JULIO
El
jueves 16 de julio era oficialmente el primer día grande del festival, calor y
mucha música de calidad era lo que nos esperaba. Los jóvenes madrileños Brothers Till We Die abrían fuego y su
actitud y ganas encima del escenario mostraron por qué merecían estar pisando
un escenario de un evento de este calibre. Hardcore, metalcore y beatdown
arrollaron a los allí congregados, en no muchos años estarán dando cera en el
escenario principal y con un mejor horario. Simplemente, máximo respeto por
estos chavales.
Por
tema de solapamientos, nos perdimos a nuestro pesar la mayoría del concierto de
los vascos Adrenalized y no pudimos
disfrutar de manera completa su directo. Los belgas Nasty, pese a lo
temprano que actuaron, la liaron a base de bien presentando nuevo disco y los
más duros del mosh empezaron a entrar en calor con su beatdown/hardcore. Aphonnic jugaban en casa y eso se
palpaba en el ambiente, abrían en el escenario grande y para la hora tan
temprana que era se congregaba un público más que notable. Los temas de su
último trabajo sonaron a lo grande. Tampoco nos quisimos perder a los ingleses Landscapes y su hardcore melódico,
realmente buenos.
Con Heart Of A Coward se iba llenando el
recinto del festival y desplegaron un metalcore correcto que encantó a los
seguidores del género. Otros belgas que no defraudaron, fueron Oathbreaker, que tras su cancelación en
2011 por fin los pudimos disfrutar en Viveiro. Extraordinaria e increíble la
vocalista del grupo y los músicos. Cogimos fuerza y descansamos para continuar
la jornada y llegar más frescos a Defeater
que arrasaron con su hardcore punk melódico y que agradó a todos los
presentes en el escenario de la carpa, como todo el mundo se referiría a este
emplazamiento, más que por Ritual Stage.
Soulfly están muy lejos de lo que
eran y su participación fue bastante floja y dejó mucho que desear. Por el
contrario Suicide Silence gustaron y
mucho al público, con ellos se podía confirmar que el Resurrection Fest 2015
estaba a pleno rendimiento.
Y
llegábamos al primer gran cabeza de cartel del evento y el escenario principal
se llenaba considerablemente, aunque aún algo lejos de lo que veríamos con
Motörhead y Korn. Los suecos Refused
no fallaron y alternaron a la perfección sus himnos con los temas del nuevo
trabajo. Gran directo y cierre espectacular con su siempre mítico “New Noise”,
impecables y muy profesionales. Comeback
Kid, asiduos a estar presentes ya en Viveiro estos últimos años, como
siempre enérgicos e imparables, el público lo gozó a lo grande y allí se sintió
un verdadero concierto de “Resu” que nos hacía retroceder a ediciones
anteriores donde la esencia del festival aún era la dueña del cartel. El heavy
metal llegó de la mano de Black Label
Society y Zakk Wylde, devoraron el escenario principal y sonaron cojonudos.
Quizá no gustaron a todos los presentes, pero la calidad y maestría que
mostraron los californianos escribieron un capítulo en la historia del
festival.
Cannibal Corpse podrían
haber reventado el escenario principal pero tampoco fue un problema el
escenario Chaos Stage. Allí lo
flipamos todos y fue una auténtica carnicería, que no tarden en volver. Berri Txarrak tocaban por tercera vez
en el Resurrection y sin dudarlo fue uno de los mejores conciertos de la
jornada, cañeros, buen sonido y disfrutamos por igual público y banda. Toundra no tuvieron su mejor noche,
lejos de ser una catástrofe, pero el retraso y el sonido que no remataba del
todo no ayudaron a los madrileños. Lo allí visto no es la realidad habitual de
esta banda.
VIERNES 17 DE JULIO
La
jornada del viernes la iniciamos con los franceses Dagoba que aunque no fue la actuación del Hellfest 2014, cumplieron
de sobra el papel. No podíamos perdernos el punk rock acústico de los
californianos de San Francisco, Get Dead,
divertidos e invitaron a mover el cuerpo, el escenario de la carpa les habría
quedado mucho mejor. Iron Reagan dieron
un gran directo y los allí presentes lo pasaron genial, mucha zapatilla
repartieron. Otro gran concierto, en la carpa, como no podía ser de otra forma,
fueron Death By Stereo que en poco
más de media hora atizaron de lleno con su hardcore punk.
Los
alemanes Kadavar en un principio,
como se dice mucho ahora, “no pegaban en el cartel”, pero al final pegaron muy
bien con su stoner y rock psicodélico, gran acierto comenzar a meter bandas de
este tipo en el cartel. Toxic Holocaust calentaron
al público y su metal con toques hardcore y punk pedían guerra al público,
jodidamente buenos. Otros que a priori no “pegaban” fueron los suecos Backyard Babies pero dieron un puñetazo
en la mesa con un show enérgico que evolucionó de manera progresiva, lejos van
quedando los años de gloria del grupo, pero siguen muy vigentes. Desde
Australia y pegando fuerte desde estos últimos años, Deez Nuts es un grupo que encanta a sus seguidores tanto por su
música como por su pose macarra y chulesca. No lo neguemos, dieron un gran
concierto, pero dudo mucho que alcancen algún día el nivel de unos Terror,
Agnostic Front, Sick Of It All o Madball.
Motörhead fue
una de las actuaciones más esperadas, tanto por la magnitud de la banda como
por tener los días contados Lemmy al frente de ella, y por lo tanto, la
supervivencia de uno de los grupos más importantes de la historia del rock. Sin
engañarnos, no fue uno de los mejores conciertos del festival pero si fue
especial y para guardar en la memoria, ya que será prácticamente imposible
volver a verlos en Viveiro. El directo fue muy poco a poco cogiendo intensidad
y energía, Lemmy..., Lemmy hacía lo que podía, reservando energías para los
himnos finales, Phil Campbell no se le vio del todo inspirado pero totalmente
correcto y Mikkey Dee, menudo puto amo a la batería, qué pedazo de monstruo
aporreando la batería. Quien si se lleva un suspenso rotundo fue el público,
que parecía estar muerto, en varias ocasiones Mikkey Dee reclamaba al público
más movimiento e hizo gestos hacia los asistentes que podían interpretarse como
“¿Estáis dormidos o qué? Somos Motörhead coño, no vuestra puta abuela
cosiendo”. Con “Ace of Spades” y “Overkill” los zombies, perdón, el público,
despertaron de su letargo y Lemmy se vino arriba y soltó más la voz que la iba
reservando a lo largo de todo el concierto. Motörhead bastante bien, público
cero, patatero.
Volvíamos
una vez más a nuestro escenario preferido, y no precisamente por su forma y
distribución, simplemente porque allí se escuchaban los conciertos con un
sonido decente y el público tenía sangre en las venas y lo pasaba en grande. 7 Seconds cumplieron su función de
representantes del hardcore punk de vieja escuela y el público lo pasó en
grande. Los finlandeses Children Of
Bodom no vinieron de paseo a Galicia, buen directo y la banda se mantiene
en forma con más de veinte años a las espaldas como formación. La carpa se
ponía hasta los topes de gente y es que llegaban los californianos Terror. Scott Vogel estaba de baja por
problemas en la voz y su sustituto fue el bajista del grupo y cantante en Down
To Nothing, David Wood. La verdad que lo hizo de maravilla y su mensaje en
contra del racismo y el fascismo fue aplaudido por todo el público, uno de los
mejores conciertos de hardcore del festival, esperamos poder verlos de nuevo y
con Scott al frente.
Aún
quedaban The Exploited, pero viendo lo vistos que los teníamos y la pena que da
ya Wattie encima de un escenario, terminamos la jornada con In Flames. Muchos hablaban que si ya no
son lo de antes, que si han cambiado en exceso su sonido original… pero
dieron un repaso sensacional a su
carrera con temas de todas o casi todas las etapas de la banda y dieron un
concierto bastante notable, muy por encima de las expectativas de muchos.
SÁBADO 18 DE JULIO
Cada
día nos iba tocando retrasar un poco la entrada en el recinto del festival, el
cansancio y la falta de fuerza nos hacían reservar energías para la última
jornada de Resurrection Fest 2015. Los primeros conciertos del día para
nosotros fueron los ingleses Monuments, los
navarros Dawn Of The Maya, los norteamericanos Carnifex y los holandeses No Turning Back, a rasgos generales, buenas actuaciones y bandas
muy recomendables para seguir.
Skindred la
armaron a base de bien, como suelen acostumbrar, imprescindibles en cualquier
festival, muy grandes. Los alemanes Heaven
Shall Burn eran muy esperados por muchos y no defraudaron, pero lo que fue
el sonido… de auténtica vergüenza. Realizaron un gran circle pit, monumental.
La gente lo dio todo y la banda encima del escenario también, pero el equipo
del grupo o el festival o el técnico de sonido no estuvieron a la altura, ¿De
quién fue la culpa? (Nadie la tiene normalmente dicen todos los implicados) y
el festival pasa la culpa a agentes externos a la organización. De quien fuera
la culpa, ya da igual, pero fue la culminación de muchos fallos en el escenario
grande a lo largo de todo el festival y la gente se empezó a mosquear. Una
verdadera lástima que un concierto que habría sido histórico se quede en
regulero.
Lo
de Dog Eat Dog fue simplemente la
puñetera ostia (que casualidad, una vez más, en el escenario de la carpa). Muchos
años esperándolos y al fin disfrutar de una banda de la adolescencia ponía los
pelos de punta y estaban más en forma que nunca, larga vida al rapcore/rap
metal. La nota rockera del día la trajo el canadiense Danko Jones que como siempre, gastando bromas y desplegando un
potente y directo hard rock. Dark
Funeral no pasaron precisamente desapercibidos, su puesta en escena y su
black metal no dejaron indiferentes a nadie, quién iba a pensar hasta no hace
mucho que vendrían bandas de este estilo al Resurrection Fest, pero bienvenidas
sean. Necesitábamos melodías y ritmos acelerados y no había otros mejores que
los californianos Strung Out, nuestros
oídos necesitaban punk rock y hardcore melódico después de tanto berrido y metal.
Con Korn llegaba el último y principal
cabeza de cartel de todo el festival. Venían a interpretar íntegro su álbum
debut y el recinto se abarrotaba de gente, sin lugar a dudas el concierto más
multitudinario de toda la décima edición. Lo que al principio parecía una buena
idea, interpretar KoRn, terminó
siendo por momentos bastante aburrido y que sólo las canciones más cañeras
despertaban al público. La banda se mantuvo a un gran nivel y con un sonido
espectacular pero por desgracia, como se ha mencionado anteriormente, por
momentos se mantuvieron muy monótonos.
Ya
no podíamos más e hicimos el último gran esfuerzo para despedirnos a lo grande
del festival, y más aún cuando el punk rock ha sido reducido y marginado a lo
grande este año en el Resurrection Fest. Satanic
Surfers era gloria para nuestros oídos, más de uno se emocionó escuchando
los himnos de esta banda sueca, punk rock nunca muere.
A
grandes rasgos hemos estado en una décima edición muy especial y con grandes
aciertos por parte de la organización. El acceso, distribución del recinto,
escenarios, horarios, cartel, combinación de estilos musicales… estos aspectos
han sido muy trabajados por parte del festival. El entorno natural es
simplemente paradisiaco y la gastronomía deliciosa. Por el contrario, han
dejado mucho que desear los precios de la bebida, totalmente desorbitados para
un país como el nuestro y con la situación económica que aún padecemos. El
sonido debe ser otro aspecto a tratar muy seriamente porque ha fallado en
bastantes ocasiones y en otras ediciones anteriores no ha sido uno de los
problemas más graves, sea la banda, el técnico de sonido o la madre que lo
parió, un festival de esta calidad y envergadura no puede permitirse sonar mal.
El
cartel es realmente espectacular, quien diga lo contrario, miente. Pero año
tras año estamos viendo como la esencia del festival va quedando relegada a un
escenario inferior (aunque en la carpa el sonido era bastante decente y se han
vivido los mejores conciertos) y el punk rock ha sido prácticamente eliminado
del cartel este año. Seamos realistas, el metal es lo que más gente mueve y uno
no puede mantenerse puritano e inmovilista. También hay que entender que no
siempre se pueden contar con unos Bad Religion, Rise Against, Nofx, Rancid,
Social Distortion, etc., pero si pedimos desde nuestro medio que no se olvide a
la música punk rock, es totalmente imprescindible y esencial en el Resurrection
Fest.
No
queremos destacar los aspectos negativos por encima de los positivos, ni mucho
menos. Pero como a muchas personas les sucede, este festival es ya algo muy
especial y personal, que simplemente queremos que sea lo mejor posible año tras
año. Ya son diez ediciones, se dice pronto, y esperamos poder ver otras diez,
veinte y cincuenta más. Resurrection Fest es ya toda una referencia musical a
nivel nacional e internacional y el mejor “Resu” aún está por llegar.
Esperamos
que la organización tome nota de todas las críticas constructivas y siga
evolucionando como ha hecho hasta ahora. Este festival ya es toda una
institución y no puede permitirse defraudar a sus seguidores que están a la
altura de los del Groezrock, Hellfest o Wacken. Larga vida al Resurrection Fest
y a Viveiro.
Texto:
Núria y Adri
Fotos:
Resurrection Fest
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