23 de julio de 2015

Crónica del Resurrection Fest 2015, Viveiro (Galicia), 15, 16, 17 y 18 de julio



Con un par de semanas de antelación a lo que nos tenían acostumbrados en las tres últimas ediciones, el festival gallego de Viveiro, Resurrection Fest (o “Resu”), celebraba de los días 15 al 18 de julio de 2015 su décima edición. Desde estos últimos años la expectación en torno al evento ha ido en aumento más y más y este año no sería la excepción. Con un cartel realmente espectacular que contaba con Korn, Motörhead, Refused, Black Label Society, In Flames… y con un tiempo meteorológico genial y sin lluvias, ¿Estábamos ante el mejor “Resu” de la historia?


MIÉRCOLES 15 DE JULIO

La organización del festival quería ir a por todas en su décimo aniversario y los seguidores del evento pudieron disfrutar de una jornada más de conciertos desde las 18:30 horas hasta el cierre de madrugada a las 2 totalmente gratuita. Mutant Squad eran los encargados del difícil, pero privilegiado, papel de abrir en el Resurrection Fest 2015. A continuación actuaron bandas como Killus, Bastards On Parade o The Decline. Para terminar este primer contacto con el festival, nos volaron la cabeza dos pedazo de bandas, desde Nueva York, Pro-Pain y Biohazard, simplemente la liaron bien parda, geniales.



JUEVES 16 DE JULIO

El jueves 16 de julio era oficialmente el primer día grande del festival, calor y mucha música de calidad era lo que nos esperaba. Los jóvenes madrileños Brothers Till We Die abrían fuego y su actitud y ganas encima del escenario mostraron por qué merecían estar pisando un escenario de un evento de este calibre. Hardcore, metalcore y beatdown arrollaron a los allí congregados, en no muchos años estarán dando cera en el escenario principal y con un mejor horario. Simplemente, máximo respeto por estos chavales. 


Por tema de solapamientos, nos perdimos a nuestro pesar la mayoría del concierto de los vascos Adrenalized y no pudimos disfrutar de manera completa su directo. Los belgas Nasty, pese a lo temprano que actuaron, la liaron a base de bien presentando nuevo disco y los más duros del mosh empezaron a entrar en calor con su beatdown/hardcore. Aphonnic jugaban en casa y eso se palpaba en el ambiente, abrían en el escenario grande y para la hora tan temprana que era se congregaba un público más que notable. Los temas de su último trabajo sonaron a lo grande. Tampoco nos quisimos perder a los ingleses Landscapes y su hardcore melódico, realmente buenos.


Con Heart Of A Coward se iba llenando el recinto del festival y desplegaron un metalcore correcto que encantó a los seguidores del género. Otros belgas que no defraudaron, fueron Oathbreaker, que tras su cancelación en 2011 por fin los pudimos disfrutar en Viveiro. Extraordinaria e increíble la vocalista del grupo y los músicos. Cogimos fuerza y descansamos para continuar la jornada y llegar más frescos a Defeater que arrasaron con su hardcore punk melódico y que agradó a todos los presentes en el escenario de la carpa, como todo el mundo se referiría a este emplazamiento, más que por Ritual Stage. Soulfly están muy lejos de lo que eran y su participación fue bastante floja y dejó mucho que desear. Por el contrario Suicide Silence gustaron y mucho al público, con ellos se podía confirmar que el Resurrection Fest 2015 estaba a pleno rendimiento.


Y llegábamos al primer gran cabeza de cartel del evento y el escenario principal se llenaba considerablemente, aunque aún algo lejos de lo que veríamos con Motörhead y Korn. Los suecos Refused no fallaron y alternaron a la perfección sus himnos con los temas del nuevo trabajo. Gran directo y cierre espectacular con su siempre mítico “New Noise”, impecables y muy profesionales. Comeback Kid, asiduos a estar presentes ya en Viveiro estos últimos años, como siempre enérgicos e imparables, el público lo gozó a lo grande y allí se sintió un verdadero concierto de “Resu” que nos hacía retroceder a ediciones anteriores donde la esencia del festival aún era la dueña del cartel. El heavy metal llegó de la mano de Black Label Society y Zakk Wylde, devoraron el escenario principal y sonaron cojonudos. Quizá no gustaron a todos los presentes, pero la calidad y maestría que mostraron los californianos escribieron un capítulo en la historia del festival.


Cannibal Corpse podrían haber reventado el escenario principal pero tampoco fue un problema el escenario Chaos Stage. Allí lo flipamos todos y fue una auténtica carnicería, que no tarden en volver. Berri Txarrak tocaban por tercera vez en el Resurrection y sin dudarlo fue uno de los mejores conciertos de la jornada, cañeros, buen sonido y disfrutamos por igual público y banda. Toundra no tuvieron su mejor noche, lejos de ser una catástrofe, pero el retraso y el sonido que no remataba del todo no ayudaron a los madrileños. Lo allí visto no es la realidad habitual de esta banda.


VIERNES 17 DE JULIO

La jornada del viernes la iniciamos con los franceses Dagoba que aunque no fue la actuación del Hellfest 2014, cumplieron de sobra el papel. No podíamos perdernos el punk rock acústico de los californianos de San Francisco, Get Dead, divertidos e invitaron a mover el cuerpo, el escenario de la carpa les habría quedado mucho mejor. Iron Reagan dieron un gran directo y los allí presentes lo pasaron genial, mucha zapatilla repartieron. Otro gran concierto, en la carpa, como no podía ser de otra forma, fueron Death By Stereo que en poco más de media hora atizaron de lleno con su hardcore punk. 


Los alemanes Kadavar en un principio, como se dice mucho ahora, “no pegaban en el cartel”, pero al final pegaron muy bien con su stoner y rock psicodélico, gran acierto comenzar a meter bandas de este tipo en el cartel. Toxic Holocaust calentaron al público y su metal con toques hardcore y punk pedían guerra al público, jodidamente buenos. Otros que a priori no “pegaban” fueron los suecos Backyard Babies pero dieron un puñetazo en la mesa con un show enérgico que evolucionó de manera progresiva, lejos van quedando los años de gloria del grupo, pero siguen muy vigentes. Desde Australia y pegando fuerte desde estos últimos años, Deez Nuts es un grupo que encanta a sus seguidores tanto por su música como por su pose macarra y chulesca. No lo neguemos, dieron un gran concierto, pero dudo mucho que alcancen algún día el nivel de unos Terror, Agnostic Front, Sick Of It All o Madball.


Motörhead fue una de las actuaciones más esperadas, tanto por la magnitud de la banda como por tener los días contados Lemmy al frente de ella, y por lo tanto, la supervivencia de uno de los grupos más importantes de la historia del rock. Sin engañarnos, no fue uno de los mejores conciertos del festival pero si fue especial y para guardar en la memoria, ya que será prácticamente imposible volver a verlos en Viveiro. El directo fue muy poco a poco cogiendo intensidad y energía, Lemmy..., Lemmy hacía lo que podía, reservando energías para los himnos finales, Phil Campbell no se le vio del todo inspirado pero totalmente correcto y Mikkey Dee, menudo puto amo a la batería, qué pedazo de monstruo aporreando la batería. Quien si se lleva un suspenso rotundo fue el público, que parecía estar muerto, en varias ocasiones Mikkey Dee reclamaba al público más movimiento e hizo gestos hacia los asistentes que podían interpretarse como “¿Estáis dormidos o qué? Somos Motörhead coño, no vuestra puta abuela cosiendo”. Con “Ace of Spades” y “Overkill” los zombies, perdón, el público, despertaron de su letargo y Lemmy se vino arriba y soltó más la voz que la iba reservando a lo largo de todo el concierto. Motörhead bastante bien, público cero, patatero.


Volvíamos una vez más a nuestro escenario preferido, y no precisamente por su forma y distribución, simplemente porque allí se escuchaban los conciertos con un sonido decente y el público tenía sangre en las venas y lo pasaba en grande. 7 Seconds cumplieron su función de representantes del hardcore punk de vieja escuela y el público lo pasó en grande. Los finlandeses Children Of Bodom no vinieron de paseo a Galicia, buen directo y la banda se mantiene en forma con más de veinte años a las espaldas como formación. La carpa se ponía hasta los topes de gente y es que llegaban los californianos Terror. Scott Vogel estaba de baja por problemas en la voz y su sustituto fue el bajista del grupo y cantante en Down To Nothing, David Wood. La verdad que lo hizo de maravilla y su mensaje en contra del racismo y el fascismo fue aplaudido por todo el público, uno de los mejores conciertos de hardcore del festival, esperamos poder verlos de nuevo y con Scott al frente.


Aún quedaban The Exploited, pero viendo lo vistos que los teníamos y la pena que da ya Wattie encima de un escenario, terminamos la jornada con In Flames. Muchos hablaban que si ya no son lo de antes, que si han cambiado en exceso su sonido original… pero dieron  un repaso sensacional a su carrera con temas de todas o casi todas las etapas de la banda y dieron un concierto bastante notable, muy por encima de las expectativas de muchos.


SÁBADO 18 DE JULIO

Cada día nos iba tocando retrasar un poco la entrada en el recinto del festival, el cansancio y la falta de fuerza nos hacían reservar energías para la última jornada de Resurrection Fest 2015. Los primeros conciertos del día para nosotros fueron los ingleses Monuments, los navarros Dawn Of The Maya, los norteamericanos Carnifex y los holandeses No Turning Back, a rasgos generales, buenas actuaciones y bandas muy recomendables para seguir.


Skindred la armaron a base de bien, como suelen acostumbrar, imprescindibles en cualquier festival, muy grandes. Los alemanes Heaven Shall Burn eran muy esperados por muchos y no defraudaron, pero lo que fue el sonido… de auténtica vergüenza. Realizaron un gran circle pit, monumental. La gente lo dio todo y la banda encima del escenario también, pero el equipo del grupo o el festival o el técnico de sonido no estuvieron a la altura, ¿De quién fue la culpa? (Nadie la tiene normalmente dicen todos los implicados) y el festival pasa la culpa a agentes externos a la organización. De quien fuera la culpa, ya da igual, pero fue la culminación de muchos fallos en el escenario grande a lo largo de todo el festival y la gente se empezó a mosquear. Una verdadera lástima que un concierto que habría sido histórico se quede en regulero.


Lo de Dog Eat Dog fue simplemente la puñetera ostia (que casualidad, una vez más, en el escenario de la carpa). Muchos años esperándolos y al fin disfrutar de una banda de la adolescencia ponía los pelos de punta y estaban más en forma que nunca, larga vida al rapcore/rap metal. La nota rockera del día la trajo el canadiense Danko Jones que como siempre, gastando bromas y desplegando un potente y directo hard rock. Dark Funeral no pasaron precisamente desapercibidos, su puesta en escena y su black metal no dejaron indiferentes a nadie, quién iba a pensar hasta no hace mucho que vendrían bandas de este estilo al Resurrection Fest, pero bienvenidas sean. Necesitábamos melodías y ritmos acelerados y no había otros mejores que los californianos Strung Out, nuestros oídos necesitaban punk rock y hardcore melódico después de tanto berrido y metal.


Con Korn llegaba el último y principal cabeza de cartel de todo el festival. Venían a interpretar íntegro su álbum debut y el recinto se abarrotaba de gente, sin lugar a dudas el concierto más multitudinario de toda la décima edición. Lo que al principio parecía una buena idea, interpretar KoRn, terminó siendo por momentos bastante aburrido y que sólo las canciones más cañeras despertaban al público. La banda se mantuvo a un gran nivel y con un sonido espectacular pero por desgracia, como se ha mencionado anteriormente, por momentos se mantuvieron muy monótonos.


Ya no podíamos más e hicimos el último gran esfuerzo para despedirnos a lo grande del festival, y más aún cuando el punk rock ha sido reducido y marginado a lo grande este año en el Resurrection Fest. Satanic Surfers era gloria para nuestros oídos, más de uno se emocionó escuchando los himnos de esta banda sueca, punk rock nunca muere.

A grandes rasgos hemos estado en una décima edición muy especial y con grandes aciertos por parte de la organización. El acceso, distribución del recinto, escenarios, horarios, cartel, combinación de estilos musicales… estos aspectos han sido muy trabajados por parte del festival. El entorno natural es simplemente paradisiaco y la gastronomía deliciosa. Por el contrario, han dejado mucho que desear los precios de la bebida, totalmente desorbitados para un país como el nuestro y con la situación económica que aún padecemos. El sonido debe ser otro aspecto a tratar muy seriamente porque ha fallado en bastantes ocasiones y en otras ediciones anteriores no ha sido uno de los problemas más graves, sea la banda, el técnico de sonido o la madre que lo parió, un festival de esta calidad y envergadura no puede permitirse sonar mal.

El cartel es realmente espectacular, quien diga lo contrario, miente. Pero año tras año estamos viendo como la esencia del festival va quedando relegada a un escenario inferior (aunque en la carpa el sonido era bastante decente y se han vivido los mejores conciertos) y el punk rock ha sido prácticamente eliminado del cartel este año. Seamos realistas, el metal es lo que más gente mueve y uno no puede mantenerse puritano e inmovilista. También hay que entender que no siempre se pueden contar con unos Bad Religion, Rise Against, Nofx, Rancid, Social Distortion, etc., pero si pedimos desde nuestro medio que no se olvide a la música punk rock, es totalmente imprescindible y esencial en el Resurrection Fest.


No queremos destacar los aspectos negativos por encima de los positivos, ni mucho menos. Pero como a muchas personas les sucede, este festival es ya algo muy especial y personal, que simplemente queremos que sea lo mejor posible año tras año. Ya son diez ediciones, se dice pronto, y esperamos poder ver otras diez, veinte y cincuenta más. Resurrection Fest es ya toda una referencia musical a nivel nacional e internacional y el mejor “Resu” aún está por llegar.

Esperamos que la organización tome nota de todas las críticas constructivas y siga evolucionando como ha hecho hasta ahora. Este festival ya es toda una institución y no puede permitirse defraudar a sus seguidores que están a la altura de los del Groezrock, Hellfest o Wacken. Larga vida al Resurrection Fest y a Viveiro.





Texto: Núria y Adri
Fotos: Resurrection Fest

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