Siempre es agradable ver que
se organiza un festival destinado específicamente a ofrecer apoyo a bandas jóvenes
y musicalmente alternativas, y el caso del Vanilla Fest no es excepción.
Organizado por Álvaro, guitarrista de Modern
Man Disease, y “Culebras”, batera de The
Thousand Faces, el objetivo es crear un espacio serrano para la promoción y
el disfrute de estilos punteros de tipo Deathcore, Metalcore y Djent, entre
otros. Una iniciativa semejante es el Core or Die Fest, en el cual, de hecho,
participaron en su día los grupos recogidos en el festival en cuestión. En esta
ocasión, el lugar elegido fue el garito/sala El Límite Live (para los lectores
rezagados, lo que antes era La Sierra), y los grupos, aparte de los dos ya
mencionados, The Fall Of Atlantis y Cannibal Grandpa. La entrada eran 6
pavos con birra o refresco incluidos, con opción a copa por 3 euros más.
El evento empezó sobre las
20 horas, una hora más tarde de lo previsto, con The Thousand Faces, un grupo de metal moderno con una primicia que
me encargaré de comunicar de manera extraoficial: nuevo vocalista. En efecto,
Nicolás Pizzareli, amigo y a veces colaborador en directos del grupo, se subió
al escenario para inaugurar el primer concierto con esta nueva formación. Siendo
ahora cinco miembros, el peso de las líneas vocales pasa a descansar
mayoritariamente sobre el nuevo cantante, sin dejar de lado los coros de Ayllón
y de Culebras (que en este concierto introdujo algunas voces melódicas). El
directo estuvo destinado, según Ayllón, a dejar ver que el grupo sigue activo a
pesar del descanso escénico que se ha estado tomando para componer y grabar, y a
hacer pública la introducción del nuevo componente grupal. Nico lo hizo muy
bien, y ello a pesar del breve tiempo que habían tenido para ensayar. Además,
su voz es una animalada que empasta muy bien con la dirección musical que está
siguiendo la banda últimamente. Por otra parte, lamento decir que el sonido no
estuvo del lado de The Thousand Faces esa noche: la voz de Nico era lo que
mejor se entendía, siendo el resto un barullo que tendía a esclarecerse en los breakdowns y demás partes menos
saturadas instrumentalmente. Una pena, porque no se entendieron del todo los
tres temas nuevos que tocaron. Los temas conocidos fueron “Harvest Your Breath”,
de su EP “Involution”, y “Substance”, que dejaron para el final. Dejando al
margen los fallos técnicos, la ejecución en general fue buena y todos los que
estuvimos presentes disfrutamos del bolo, quedándonos con ganas de escuchar sus
próximas grabaciones.
El siguiente grupo fue Cannibal Grandpa, un grupo de deathcore
de Tres Cantos sobre el que ya había oído hablar en varias ocasiones, pero que
por uno u otro motivo nunca me había parado a escuchar. La propia mañana del 18
solucioné esa situación metiéndome su nuevo disco “Feed Your Food” un par de
veces, después de lo cual no me cupo ninguna duda sobre la brutalidad que venían
a repartir en este concierto, a propósito del cual anunciaron que era el último
de la gira. Deathcore puro y duro, del rollo que gusta a los partidarios de las
ramas más violentas de este género. Lentos y potentes, sus temas son pisotón
tras pisotón, y fueron perpetrados con una ejecución perfecta engarzada con una
sincronización coreográfica impresionante. Ya os digo que en casa me había
hecho una idea sobre la bestialidad que se traían entre manos, pero es que la
excedieron. Se notó que tenían el directo requetensayado, dada la coordinación
de sus movimientos. En los constantes breakdowns
cada miembro se solía mover en sincronía con el resto. A lo largo del concierto
se fueron turnando para llenar el espacio de las primeras líneas del público,
compensando así la falta de peña cerca del escenario. Tocaron con pistas de
efectos lanzadas desde el ordenador del batera, y esto, sumado a una mayor
simplicidad compositiva, dio lugar a una mayor definición sonora en los temas,
aunque el sonido del sitio seguía sin estar logrado. Cerraron con “Legacy”,
canción de la que tienen un lyric video.
A continuación tocaron The Fall Of Atlantis. Este grupo de metalcore se
llevó la peor parte en cuanto a número de espectadores, habiéndose expandido el
hueco entre el escenario y el público que ya había comenzado con Cannibal
Grandpa. Pero al contrario que estos, TFOA no hicieron nada explícito para
remediarlo; de hecho lo que más cojeó de su directo fue la puesta en escena. El
cantante, que llevaba lentillas, se limitó a hacer su papel vocal, a veces de
pie, a veces inclinado. Los guitarras y el bajista, otros que tal “bailan”: todo
el concierto sin moverse, mirando su instrumento. Al batera sí que molaba
verlo, con ese alucinante control sobre todo tipo de malabares de baquetas. Este
grupo también llevaba pistas de efectos, aunque me costó bastante trabajo
apreciarlas (no hace falta ya reiterar lo del sonido de la sala). El concierto
transcurrió sin pena ni gloria, con una versión de Linkin Park que constituyó
una de las pocas veces en las que el vocalista pidió implicación al público. La
ejecución en general fue buena, pero, como crítica constructiva, tengo que
decir que la impresión escénica dejó mucho que desear.
Les llegó el turno a Modern Man Disease, grupo local de deathcore
con tintes progresivos que ha sacado su primer álbum “Inhumanity” este año. Hacía
años que no les veía sobre las tablas y se nota mucho la mejoría. La presencia
del grupo en el escenario es muy buena, y transmiten el entusiasmo cuando tocan,
destacando el guitarrista Álvaro, que se mueve como si los riffs le estuvieran
recorriendo la espina dorsal, y el vocalista Luismi, un frontman cojonudo. Por su parte, Alex, el batera, sostuvo su rol de
metralleta a lo largo de todo el concierto, con una técnica impresionante, haciendo
sus blast beats a casi 300bpm. Se
ahorró el trigger del bombo y tocó
directamente con un pad de batería eléctrica en su lugar, igual que el batera
de Ingested cuando graba, pudiendo así conseguir una mayor definición,
necesaria cuando se alcanzan esas velocidades. El setlist del grupo estuvo
compuesto por una selección de temas del “Inhumanity” (incluyendo el tema
homónimo del disco, mi favorito) y dos singles que sacaron hace ya unos años: “Mirrors”,
en el que se subió Nico de The Thousand Faces a cantar junto con Luismi, y
“Succubus”. Cerraron con “Empires of Decay”, seguramente escogido por su final
alternativo.
El evento siguió después con
una after-party animada por el drum
& bass de los DJs K. Murky y O-MURA. Cabe también hacer mención a El Límite Rock Bar, Villalba Musical, FACG Prod y Jero Tattoo
para darles
las gracias por patrocinar el festival, y a Vanilla Productions por
organizarlo.
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